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enero 22, 2025Los accidentes de tráfico son una de las principales causas de mortalidad y de lesiones en España. Además, provocan una serie de costes que acaban asumiendo los ciudadanos de forma directa o indirecta. Los costes de los accidentes pueden ser:
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Daños materiales: En los vehículos y su carga, a la vía o daños al medio ambiente.
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Daños sanitarios: Primeros auxilios, atención a los heridos o rehabilitación.
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Daños administrativos: Costes de policías y bomberos, gestión de seguros y costes legales.
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Daños humanos: Pérdida de capacidad productiva, sufrimiento físico y psicológico, etc.
No obstante, el factor humano es el principal factor de riesgo, ya que entre un 70 y un 90% de los accidentes en carretera se producen por el comportamiento inadecuado del conductor. Por eso, es muy importante seguir estas indicaciones a la hora de circular:
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Mantener una velocidad adecuada que se adapte al entorno y a la vía. Hay que tener en cuenta, que a mayor velocidad menor sera la capacidad para ver, por lo tanto disminuye la capacidad de anticipación y de reacción. Además, aumenta la fatiga y, en caso de accidente, produce lesiones más graves.
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Dejar siempre una distancia de seguridad de 3 segundos para que en caso de frenada brusca no se colisione con el vehículo que nos precede. En caso de tener condiciones meteorológicas adversas la distancia de seguridad se aumentará el doble si hay lluvia, 5 veces si hay nieve o hasta 10 veces si hay hielo en la calzada.
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No conducir con fatiga, ya que disminuye la atención, la concentración y produce más errores al volante. En este caso, es recomendable descansar al menos 20 o 30 minutos cada 2 horas o 200km.
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Conducir con sueño puede llegar a producir el 30% de los accidentes automovilísticos, por lo que es una causa que debemos eludir. Para evitar la somnolencia es recomendable no conducir durante la madrugada y las primeras horas de la tarde, así como ventilar bien el habitáculo o no realizar comidas copiosas. Es importante parar a descansar en lugares habilitados para ello como áreas de servicio o de descanso.
- Los conductores que sufran alergias pueden ver afectadas sus capacidades básicas para conducir; además, los antihistamínicos pueden provocar somnolencia y no se deben mezclar con alcohol. Se recomienda circular con las ventanillas cerradas y mantener los filtros en buen estado de limpieza.
- No viajar con estrés, ya que aumenta la agresividad y se asumen mayores niveles de riesgo.
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Las enfermedades mentales como la depresión pueden alterar gravemente la capacidad para conducir con seguridad. Algunos de los síntomas al volante son el aumento de distracciones, ansiedad e inseguridad y la pérdida de información del entorno. Por ello es necesario seguir las pautas indicadas por el doctor en estos casos.
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El calor y las elevadas temperaturas provocan más errores en la conducción, así como fatiga o agresividad hacia los demás. Para evitar riesgos, es necesario usar la climatización entre 20 y 23ºC para mantener el consumo en valores normales, gafas de sol adecuadas, beber agua o zumos, hacer más paradas que no sean al sol y utilizar ropa clara y ligera.
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Si se utiliza el móvil al volante, incluso con el manos libres, se cometen más infracciones, se controla peor la velocidad y se pueden producir desviaciones de la trayectoria. En estos casos, es necesario buscar un lugar seguro para poder detenerse, y si utiliza el manos libres, no mantener una conversación de más de 1 minuto ya que puede distraernos.
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Evitar manipular el GPS con el vehículo en marcha, para que no se convierta en una distracción.
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No consumir alcohol o drogas, ya que no solo aumenta la posibilidad de sufrir un accidente, sino que aumenta la gravedad de las lesiones producidas.
También, hay que considerar que las personas mayores y los jóvenes son más propensos a sufrir accidentes de tráfico, aumentando la cifra con la llegada de los primeros conductores de ciclomotores con 15 años.
La mayoría de los accidentes mortales se producen en vías interurbanas debido a que se circula a una mayor velocidad que en vías urbanas, siendo más seguras las autovías y autopistas frente a las carreteras convencionales.
Por otro lado, hay momentos que son más peligrosos a la hora de circular, ya que hay mayor densidad de tráfico. Por ejemplo: los fines de semana, días festivos, vacaciones de Navidad, Semana Santa o verano y las horas de entrada o salida del trabajo, en las que se producen una mayor cantidad de accidentes de tráfico.
Finalmente, hay que ser conscientes de que cualquier conductor puede cometer errores y debemos estar preparados para actuar en caso de un posible accidente. Para ello se debe mirar regularmente los espejos retrovisores para controlar todo lo que nos rodea, respetar las distancias y evitar las zonas de incertidumbre alrededor de peatones y ciclistas.